El 1 de enero, la orca Tahlequah, conocida como J35, fue vista nuevamente cargando el cuerpo de su cría recién fallecida, J61, en las aguas de Puget Sound, Washington. Este comportamiento, observado por última vez en 2018, ha generado preocupación entre los investigadores debido a su posible impacto en la salud de la madre.
Tahlequah es miembro de la población de orcas residentes del sur, una especie en peligro crítico de extinción. En 2018, J35 llevó el cuerpo de su cría durante 17 días y más de 1,600 kilómetros, un acto que muchos expertos interpretaron como un luto. Ahora, la pérdida de otra cría ha vuelto a manifestar este comportamiento.
El comportamiento de J35 ha generado un debate sobre el sufrimiento emocional de los mamíferos marinos. Joe Gaydos, director científico del programa SeaDoc, mencionó que este comportamiento es similar al duelo observado en otros animales sociales como primates y delfines. La alta tasa de mortalidad de las crías de orca, con solo el 50% sobreviviendo su primer año, subraya la gravedad de la situación.
En comparación con otros casos, el comportamiento de J35 es excepcional por su duración y repetición. La población de orcas residentes del sur ha disminuido a solo 73 ejemplares, enfrentándose a amenazas como la escasez de salmón Chinook y la contaminación.
La reciente pérdida de J61 y el comportamiento de duelo de J35 resaltan la vulnerabilidad de las orcas residentes del sur. La observación de estos eventos subraya la necesidad de medidas de conservación urgentes para proteger a esta especie en peligro de extinción.
El Centro de Investigación de Ballenas ha confirmado la llegada de otra cría, J62, que parece estar en buen estado. Los investigadores continuarán monitoreando a J35 y su grupo para evaluar su bienestar y tomar decisiones informadas sobre su conservación.