A una década de la desaparición forzada de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, las familias de las víctimas no han dejado de buscar respuestas. Su lucha por justicia y verdad sigue vigente, con la exigencia clara de que el caso no se cierre hasta que se esclarezca el paradero de sus hijos.

El 26 de septiembre de 2014, 43 estudiantes de Ayotzinapa fueron desaparecidos en Iguala, Guerrero, un hecho que conmocionó a México y al mundo. Desde entonces, los padres y madres de los normalistas han mantenido una lucha constante, con movilizaciones mensuales y reuniones con las autoridades para exigir justicia. A lo largo de estos 10 años, la consigna “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!” ha resonado en las calles de Ciudad de México, Iguala y otros lugares, mientras las familias buscan respuestas que las autoridades aún no han proporcionado de manera concluyente.

La versión conocida como la “verdad histórica”, presentada durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, ha sido desmentida por organismos independientes y familiares de los estudiantes, quienes exigen nuevas investigaciones. A pesar de la creación de una comisión especial para el caso y la colaboración del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), los avances han sido mínimos, según denuncian las familias de los desaparecidos.

Los padres de los 43 han transformado sus vidas en torno a la búsqueda de justicia. Muchos dejaron sus trabajos, vendieron sus pertenencias, e incluso se mudaron a la capital para estar más cerca de los centros de decisión. Esta lucha ha sido un martirio para ellos, con algunos familiares falleciendo sin ver avances en el caso. A pesar de todo, el movimiento no ha cedido, y la comunidad de Ayotzinapa sigue siendo un símbolo de resistencia.

El décimo aniversario de la desaparición ha traído consigo nuevas protestas y exigencias. Las familias y colectivos se manifiestan no solo en Guerrero, sino también en la Ciudad de México, llevando a cabo marchas y acciones simbólicas, como la proyección de los nombres de los desaparecidos en el Monumento a la Revolución.

A lo largo de estos años, tres de los 43 estudiantes han sido identificados gracias a restos óseos, pero el paradero de la mayoría sigue siendo un misterio. La esperanza de los padres radica en que las investigaciones continúen, sin importar el tiempo que pase, y que las autoridades finalmente ofrezcan respuestas claras.

A 10 años de uno de los episodios más oscuros de la historia reciente de México, las familias de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa mantienen viva su lucha. Con la firme exigencia de justicia y la búsqueda de la verdad, los padres y madres no descansarán hasta que sepan qué ocurrió con sus hijos y se haga justicia.