Cada vez que una celebridad posa en una alfombra roja, innumerables cámaras disparan flashes, inmortalizando su atuendo. Sin embargo, el destino de estos trajes después del evento es menos conocido. ¿Qué ocurre con ellos después de su momento de fama, adónde van y cuándo se los vuelve a ver?

Los Globos de Oro de este domingo por la noche no fueron diferentes, con Zendaya canalizando el glamour del viejo Hollywood con un vestido azafrán de Louis Vuitton, Angelina Jolie luciendo un deslumbrante vestido McQueen con cadenas de cristal y Tilda Swinton enfundada en una chaqueta bordada a medida de Chanel. En internet, estos atuendos de alfombra roja tienen una larga vida después de ser compartidos en las redes sociales y analizados tanto por influencers como por periodistas.

La vida posterior de los trajes puede adoptar diversas formas: algunos se guardan en almacenes, otros se exhiben en exposiciones, algunos se subastan, y otros los compran las celebridades que los llevan. Según Lucy Bishop, especialista en bolsos y moda de la casa de subastas Sotheby’s, en las últimas dos décadas, los atuendos de alfombra roja han acaparado cada vez más atención e importancia.

Bishop señala el vestido bordado de color chartreuse de Dior, diseñado por John Galliano y lucido por Nicole Kidman en los Oscar de 1997, como uno de los primeros puntos de inflexión que "cambió la trayectoria de la vestimenta de alfombra roja". Hoy en día, hay un plan establecido para el destino de estos vestidos, a menudo conservados por las casas de moda que los diseñaron. Celebridades como Kim Kardashian y Zendaya a veces compran los vestidos que llevan a eventos importantes.

Los trajes de alfombra roja no solo representan momentos icónicos en la cultura pop, sino que también son piezas de arte que se conservan y admiran. Su destino después del evento puede incluir almacenaje, exhibición en museos, subastas, o formar parte de colecciones personales de las celebridades. Esta práctica asegura que la artesanía y el esfuerzo detrás de cada atuendo sean preservados para la posteridad.

Además de ser almacenados y conservados, algunos trajes de alfombra roja son seleccionados para exposiciones. Por ejemplo, el vestido de tul de Oscar de la Renta que Billie Eilish lució en la Gala del Met de 2021 fue parte de la muestra "De la Corona a la Costura" en el palacio británico de Kensington. Estos eventos permiten que los trajes sean admirados como piezas de arte, y su historia y artesanía sean apreciadas por el público.