En enero de 1918, el estado de Tlaxcala promulgó su Constitución Política, basada en la Constitución federal de 1917, sentando las bases del gobierno estatal moderno.
La Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Tlaxcala fue promulgada el 16 de septiembre de 1918 por el gobernador y general revolucionario Máximo Rojas. Este documento fue redactado por la XXV Legislatura del Congreso del estado, que fungió como congreso constituyente. La promulgación de esta constitución fue un hito importante en la historia de Tlaxcala, ya que dio certeza jurídica a varios siglos de lucha militar y política por la libertad y autonomía del territorio del pueblo tlaxcalteca.
La Constitución de Tlaxcala establece la integración del estado al pacto federal de los Estados Unidos Mexicanos y legitima los poderes estatales. Reconoce que el estado es democrático, republicano, representativo, popular y participativo, y está formado por 60 municipios con una composición pluricultural basada en sus pueblos originarios indígenas, los nahuas y los otomíes. Además, declara a la ciudad de Tlaxcala de Xicohténcatl como capital del estado y define la división del poder público del estado en Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
La Constitución de Tlaxcala cuenta con 121 artículos y ha sido objeto de varias reformas a lo largo de los años. Por ejemplo, en 2008 se realizaron importantes reformas que incluyeron la protección de los derechos humanos y la promoción del desarrollo de las lenguas, cultura, religión, educación bilingüe, usos, costumbres, tradiciones y formas específicas de organización social.
La promulgación de la Constitución Política de Tlaxcala en 1918 fue un paso crucial para el desarrollo del estado y la consolidación de su autonomía dentro del marco federal mexicano. Este documento sigue siendo relevante hoy en día, ya que establece los principios y estructuras que rigen el gobierno y la vida política en Tlaxcala.
La constitución también garantiza los derechos humanos y establece la responsabilidad de los ciudadanos en el ejercicio de estos derechos. Además, reconoce la importancia de la cultura y las tradiciones del pueblo tlaxcalteca, promoviendo su desarrollo y protección.
