En diciembre de 1535, se llevaron a cabo acuerdos para la fundación de pueblos en otras regiones de México y Centroamérica con población tlaxcalteca, contribuyendo a su expansión cultural.
La región de Tlaxcala, conocida por su resistencia al Imperio Mexica y su alianza con los conquistadores españoles, jugó un papel crucial en la historia de la Nueva España. Tras la conquista, los tlaxcaltecas fueron recompensados con tierras y privilegios, lo que les permitió establecerse en nuevas áreas y expandir su influencia cultural.
La fundación de estos pueblos no solo consolidó la presencia tlaxcalteca en la región, sino que también facilitó la integración de las culturas indígenas con la cultura española. Esta expansión cultural tuvo implicaciones económicas, sociales y políticas significativas. Los tlaxcaltecas, al ser aliados de los españoles, se beneficiaron de una mayor autonomía y privilegios que otros pueblos indígenas.
Comparativamente, la expansión de los pueblos tlaxcaltecas fue un proceso más ordenado y menos conflictivo que la colonización de otras regiones. Los acuerdos de fundación incluían la distribución de tierras y la protección de los derechos de los tlaxcaltecas, lo que permitió una integración más armoniosa.
La fundación de los primeros pueblos de Tlaxcala en diciembre de 1535 marcó un hito en la historia de la región, consolidando la influencia cultural y política de los tlaxcaltecas en México y Centroamérica. Este proceso de expansión fue fundamental para la formación de la identidad cultural de la región y su integración en el imperio español.