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Un velocista paralímpico podría convertirse en el primer astronauta con discapacidad de Europa
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Publicado en 15/10/2024

El británico John McFall, ex velocista paralímpico, podría hacer historia al convertirse en el primer astronauta con discapacidad de la Agencia Espacial Europea (ESA). A sus 41 años, McFall fue seleccionado como parte de un programa especial para evaluar la viabilidad de que personas con discapacidades participen en misiones espaciales. Esta innovadora iniciativa busca romper barreras y abrir el acceso al espacio para todos.

John McFall sufrió un accidente de motocicleta a los 19 años que resultó en la amputación de su pierna derecha. Lejos de desanimarse, McFall encontró en el deporte una nueva meta, convirtiéndose en atleta profesional de pista y campo en 2005. Representó a Gran Bretaña e Irlanda del Norte en los Juegos Paralímpicos, ganando una medalla de bronce en Beijing 2008. Ahora, McFall busca enfrentar un nuevo desafío: ser parte del selecto grupo de personas que han viajado al espacio, esta vez como el primer "para-astronauta" de la ESA.

El programa de la Agencia Espacial Europea, anunciado en 2021, fue la primera convocatoria en décadas en la que se invitó a personas con discapacidad a aplicar al proceso de selección de astronautas. McFall fue uno de los pocos seleccionados, como parte de un esfuerzo por hacer del espacio un lugar más accesible. La ESA planea desarrollar nuevas tecnologías y adaptaciones que permitan a las personas con discapacidades participar plenamente en misiones espaciales.

La participación de John McFall en el programa de astronautas plantea un avance significativo para la inclusión y la igualdad de oportunidades en el ámbito de la exploración espacial. Este proyecto tiene un impacto tanto social como cultural, al desafiar las percepciones tradicionales sobre quién puede ser astronauta y subrayar el compromiso de la ESA por diversificar su equipo de exploradores espaciales.

Según David Parker, director de Exploración Humana y Robótica de la ESA, “queremos probar cómo se pueden superar los desafíos de volar al espacio con una discapacidad física”. Esto no solo tiene implicaciones para la comunidad espacial, sino también para la sociedad en general, al demostrar que las limitaciones físicas no son un impedimento insuperable para alcanzar logros extraordinarios. Diversas organizaciones que promueven la inclusión han aplaudido esta iniciativa, considerándola un paso fundamental hacia una mayor representatividad en uno de los campos más avanzados del conocimiento humano.

Hasta la fecha, los programas espaciales en todo el mundo han sido principalmente accesibles para personas sin discapacidades físicas, dada la naturaleza desafiante de las misiones y los estrictos requisitos de salud. Sin embargo, con los avances tecnológicos y el desarrollo de nuevos dispositivos de apoyo, la ESA espera superar esas barreras. Esta iniciativa de la ESA también se compara con el enfoque de la NASA, que ha mostrado interés en la inclusión, pero aún no ha lanzado un programa equivalente para personas con discapacidad.

Además, la selección de McFall para este programa especial es una oportunidad para recopilar información vital sobre cómo las personas con discapacidades pueden manejar las condiciones extremas del espacio, como la microgravedad y la radiación. Esta investigación podría tener aplicaciones también en la Tierra, mejorando las condiciones de vida para personas con discapacidad mediante nuevas tecnologías.

Junto con McFall, otros 16 candidatos fueron seleccionados por la ESA para su nuevo grupo de astronautas, con la misión de entrenarse para futuras misiones que podrían incluir la exploración de la Luna y Marte. Los seleccionados enfrentarán intensas pruebas físicas y psicológicas, adaptadas para evaluar las capacidades de todos los candidatos, incluidos aquellos con discapacidades.

“La selección de John McFall representa una oportunidad única para explorar el potencial de la inclusión en uno de los campos más restrictivos que existen”, comenta Samantha Cristoforetti, astronauta de la ESA. “Es un mensaje poderoso de que el espacio es para todos”. La iniciativa de la ESA podría abrir la puerta a futuras generaciones de astronautas con diversas capacidades, redefiniendo quién tiene el derecho de soñar con llegar a las estrellas.

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