El presidente Andrés Manuel López Obrador ofreció este viernes 27 de septiembre su última conferencia de prensa mañanera con preguntas de los medios de comunicación. Durante la conferencia, el mandatario expresó que esta sería la última sesión de preguntas y respuestas, ya que el lunes 30 de septiembre, último día de su mandato, celebrará con un "fiestón con bailongo" en compañía de los reporteros que lo acompañaron en sus mañaneras durante los últimos cinco años.
La tradicional conferencia de prensa mañanera de López Obrador ha sido uno de los sellos distintivos de su administración. Iniciada en diciembre de 2018, la "mañanera" se llevó a cabo de lunes a viernes, convirtiéndose en un foro donde el presidente abordaba tanto temas de política pública como críticas a sus opositores. Este formato permitió una interacción diaria con los medios, algo sin precedentes en la historia política mexicana.
Con la transición presidencial a pocos días de concretarse, López Obrador usó su última mañanera formal para despedirse de los reporteros y agradecer su presencia constante en estos encuentros matutinos. El presidente confirmó que el lunes, su último día en el cargo, habrá un evento especial con una rifa de su reloj y la develación de su retrato oficial con los periodistas que lo acompañaron a lo largo de su gestión.
El cierre de las conferencias matutinas marca el final de una era en la que López Obrador utilizó este espacio como su principal plataforma de comunicación con el pueblo mexicano. Las mañaneras se convirtieron en un canal directo entre el presidente y la ciudadanía, al ofrecer actualizaciones diarias sobre los temas más relevantes del país, así como para defender su proyecto político.
Desde el punto de vista mediático, la mañanera fue también un espacio para los periodistas, quienes tuvieron acceso directo al mandatario para cuestionar y obtener respuestas sobre diversas problemáticas nacionales. Sin embargo, el formato también ha sido objeto de críticas por parte de algunos sectores, que señalaron que López Obrador lo utilizaba para atacar a sus detractores o deslegitimar a los medios de comunicación que no coincidían con su visión.
Comparando con administraciones anteriores, López Obrador destacó por su transparencia y cercanía con los medios, al sostener una conferencia diaria, algo que ni sus predecesores ni líderes en otros países han replicado. En contraste, otros presidentes mexicanos han optado por eventos más esporádicos y controlados para interactuar con la prensa.
En términos de alcance, las mañaneras también se transmitieron en tiempo real en plataformas digitales, lo que permitió que millones de mexicanos siguieran en directo las declaraciones del presidente. Esta estrategia de comunicación le permitió consolidar una base de apoyo popular que lo acompañó a lo largo de su mandato.
El fin de las mañaneras de López Obrador marca un momento histórico para la política y los medios en México. Lo que comenzó como una estrategia de transparencia diaria se convirtió en un pilar fundamental de la comunicación gubernamental. La última conferencia con preguntas de los medios deja un legado que, según muchos analistas, redefinió la relación entre el poder ejecutivo y la prensa en el país.
“El formato de la mañanera de AMLO es algo que no hemos visto en ningún otro gobierno reciente. Ha sido tanto una herramienta política como un canal de comunicación sin precedentes”, comentó un experto en comunicación política.